Peces que nadan con tiburones

Tiburones nadadores

Los peces piloto suelen reunirse en torno a los tiburones (también rayas y tortugas marinas). Se alimentan de los parásitos de su huésped y de pequeños trozos de comida que éste no come (restos). Cuando los peces piloto son jóvenes, se reúnen alrededor de las medusas y las algas a la deriva.

Los peces piloto siguen a los tiburones porque otros animales que podrían comerlos no se acercan a un tiburón. A cambio, los tiburones no se comen a los peces piloto porque éstos se comen sus parásitos. Esto se llama una relación “mutualista”. A menudo se ven pequeños peces piloto nadando hacia la boca de un tiburón para comer pequeños trozos de comida de los dientes del tiburón. Los marineros llegan a decir que los tiburones y los peces piloto actúan como amigos íntimos. Cuando un barco capturaba “su” tiburón, el pez piloto lo seguía. Algunas personas informaron de que el pez piloto seguía al barco hasta seis semanas[1] y que mostraba signos de angustia en ausencia de su tiburón[2][3].

El pez piloto tiene un color entre azul oscuro y plateado negruzco, y es ligeramente más claro por debajo. Tienen entre cinco y siete rayas oscuras que van de arriba a abajo. Cuando el pez se excita, estas rayas desaparecen y aparecen tres grandes manchas azules en su espalda. El pez piloto suele medir unos 30 cm de largo, pero a veces puede llegar a los 70 cm.

Tiburón martillo nadando

El pez piloto se congrega en torno a tiburones, rayas y tortugas marinas, donde se alimenta de ectoparásitos y restos de las especies anfitrionas;[4] los peces piloto más jóvenes suelen estar asociados a medusas y algas a la deriva. [5] También se sabe que siguen a los barcos, a veces durante largas distancias; se encontró uno en el condado de Cork (Irlanda),[6] y se han avistado muchos peces piloto en las costas de Inglaterra,[7][8] Su afición a los barcos hizo que los antiguos creyeran que podían guiar a un barco hacia el rumbo deseado,[9].

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El color del pez piloto está entre el azul oscuro y el plateado-negro, con el vientre más claro[10][11][12] También se sabe que el pez piloto tiene una variación temporal de color cuando se excita; sus barras de color oscuro desaparecen, y su cuerpo se vuelve blanco-plateado, con tres amplias manchas azules en su espalda[13]. [Se puede reconocer por sus cinco a siete bandas transversales distintivas,[14] que son de un color mucho más oscuro que el resto del cuerpo[11] El pez piloto puede llegar a medir hasta 60-70 cm de longitud[15].

Experiencia de nadar con tiburones

Los peces piloto suelen reunirse en torno a los tiburones (también rayas y tortugas marinas). Se alimentan de los parásitos de su huésped y de pequeños trozos de comida que éste no come (restos). Cuando los peces piloto son jóvenes, se reúnen alrededor de las medusas y las algas a la deriva.

Los peces piloto siguen a los tiburones porque otros animales que podrían comerlos no se acercan a un tiburón. A cambio, los tiburones no se comen a los peces piloto porque éstos se comen sus parásitos. Esto se llama una relación “mutualista”. A menudo se ven pequeños peces piloto nadando hacia la boca de un tiburón para comer pequeños trozos de comida de los dientes del tiburón. Los marineros llegan a decir que los tiburones y los peces piloto actúan como amigos íntimos. Cuando un barco capturaba “su” tiburón, el pez piloto lo seguía. Algunas personas informaron de que el pez piloto seguía al barco hasta seis semanas[1] y que mostraba signos de angustia en ausencia de su tiburón[2][3].

  Noticia de tiburon en la playa

El pez piloto tiene un color entre azul oscuro y plateado negruzco, y es ligeramente más claro por debajo. Tienen entre cinco y siete rayas oscuras que van de arriba a abajo. Cuando el pez se excita, estas rayas desaparecen y aparecen tres grandes manchas azules en su espalda. El pez piloto suele medir unos 30 cm de largo, pero a veces puede llegar a los 70 cm.

Remora

Si alguna vez ha visto documentales sobre tiburones o los ha observado en el agua, probablemente se haya fijado en sus compañeros más pequeños, los peces rémora. Estos peces se adhieren a las criaturas marinas más grandes, como los tiburones, las tortugas, las mantarrayas y otras similares, para transportarse fácilmente, para obtener la protección que les proporciona ser uno de los animales más grandes y para alimentarse. Sin embargo, el hecho de engancharse a un tiburón no causa ningún daño al propio tiburón. Ese es el aspecto de los peces rémora que más interesa a los científicos: ¿cómo consiguen una adhesión tan sólida sin dañar a su huésped?

Los investigadores del Instituto Tecnológico de Georgia están estudiando a fondo la parte superior de la cabeza de las rémoras, la estructura y las propiedades del tejido de la zona que se adhiere al huésped, y esperan fabricar un adhesivo bioinspirado con las mismas cualidades.

La placa de succión de la rémora es esencialmente una aleta dorsal especializada que se ha convertido en un disco cubierto de tejido conectivo que sella al pez a su huésped. “La intrincada estructura del esqueleto permite una fijación eficaz a superficies como tiburones, tortugas marinas, ballenas e incluso barcos”, informa Georgia Tech.

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